jueves, 4 de diciembre de 2014

Todo pasa y todo queda...

 ¿Alguna vez, viendo fotos antiguas, os habéis quedado ojipláticas al ver cómo vestíais, y un tiempo después volver a vestir con alegría prendas parecidas porque se vuelven a llevar? Siempre me ha parecido divertido y me ha dado que pensar. ¿De dónde viene la moda? ¿tanta necesidad tenemos de sentirnos 'de la tribu'? ¿Acaso somos 'programados' para que nos guste un estilo determinado y durante un tiempo determinado y para que no nos gusten otros? ¿Somos cobayas en manos de gurús y grandes empresas de la moda que dictan lo que se ha de llevar y lo que no. Probablemente en parte sea así, y en parte dependa de factores menos controlables e inesperados que rápidamente son así mismo absorbidos por la industria. 

En nuestras manos está crear jugando nuestra propia receta; quizá una base de moda más un toque personal y algo original o sexy o elegante o frívolo según lo que la ocasión y nuestro talante ese día requieran, siendo conscientes de cuándo y cuánto seguidismo de la moda hacemos y hasta qué punto lo hacemos y porqué, para no ser meros maniquís, y sobre todo no debemos olvidar que la verdadera belleza la aporta la persona, en primera instancia con la belleza física, pero la verdadera, la que no pasa de moda, la más arrebatadora e irresistible es la belleza vital que emana de nuestros caracteres, la que en verdad anima y da vida a nuestros movimientos, miradas y sonrisas, y a las prendas que llevamos que son adornos pasajeros que a su vez alimentan nuestras ganas de vivir, nuestra alegría y por tanto también nos embellecen. No olvidemos entonces que la moda, tan mudable y proteica, es fascinante, pero está a nuestro servicio, participemos de ella pero siendo bien conscientes de que somos nosotras las primeras, las importantes, las que llevemos lo que llevemos siempre estamos de moda.







Falda y top: Zara
Zapatos: Lemoniez
Cap: Adolfo Dominguez

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