Trompetas y tambores. La Semana Santa sevillana es de una belleza impresionante. Con los naranjosen flor el aroma a azahar se despliega por todas partes y se asocia al del incienso de los pasos y al de los cirios de los nazarenos.
Los pasos que portan los fervorosos costaleros son preciosas obras de arte barrocas con valiosísimas imágenes religiosas de varios siglos de antigüedad. La música de las bandas y las ocasionales saetas completan la impactante sensación de las procesiones paseando por las calles y plazas de Sevilla.Tras visitar el imponente conjunto que componen la catedral y la Giralda, voy callejeando por el barrio de Santa Cruz donde el tiempo sestea y el aire huele a leyenda. Llego a una encantadora placita donde tomando una Cruzcampo y unas tapitas trato de rememorar y atesorar tantas sensaciones vividas, porque Sevilla, tan llena de arte e historia, es diferente, memorable y sensacional, un autentico placer para los sentidos y para la mente. Hay arte en sus edificios, monumentos e iglesias, su gastronomía es variada, deliciosa y económica, su clima es muy agradable (excepto en verano) y el carácter de su gente es acogedor, alegre y colorido como la ciudad . Son religiosos y profanos, burlones y solemnes, modernos y tradicionales, con el marcado carácter que las tierras andaluzas imprimen a este pueblo sabio y paciente, consciente de su grandeza. ¡Sevilla enamora!


Camiseta: Oysho
Culottes, sombrero, y gafas : Zara
Sandalias: Bimba y Lola
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