domingo, 24 de mayo de 2015

Grace en el país de las maravillas


Madrid se engalana en primavera y nos ofrece días cálidos, atardeceres velazqueños y aromáticas noches en las que no apetece volver a casa. Es una época estupenda para visitar sus jardines y parques y admirar la naturaleza celebrando la renovación de la vida.
 Junto al Museo del Prado se encuentra el Real Jardín Botánico donde desde hace siglos se pueden admirar obras maestras de la flora del mundo. En cada ocasión hay que llevar el atuendo adecuado e ir en consonancia con los lugares y su concurrencia, y estaba segura de que siendo mis anfitriones la flora y nata, iban a lucír sus mejores prendas, así que traté de no desentonar.  La recepción fue espléndida, y todo lo que veía, olía y oía me brindaba generosamente su hermosura. Las flores, tan coquetas ellas, me miraban mucho para ver qué llevaba y me pareció que me daban su aprobación. Había algunos gatos pero aunque no vi al de Cheshire, creo que me observaba sonriente desde su invisibilidad. Charlando con unos y otros, me contaron que el conejo se había ido ya porque tenía mucha prisa y que para alivio de todos la Reina Roja estaba en El Retiro muy ocupada cortando cabezas para quitar trabajo al sombrerero, con el que acababa de reconciliarse, así que me dediqué a disfrutar despreocupadamente del sol radiante y de las canciones de los pajarillos. Bebí de las fuentes, bailé con las palmeras, paseé con la brisa, hice amistad con las flores que me agasajaron con su perfume y me fui tan contenta a casa sintiendo que formaba parte del Ser.

Vestido: super old, similar Sheinside, botas: KMB www.kmb.stylight.es/ , Bolsito: Vintage, Gafas:MiuMiu.








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